Todos tenemos el poder de trasformar nuestro dolor.

Necesitamos dejar de huir de él, permitirnos sentirlo y darle un nuevo significado. No es igual a olvidar, querer hacerlo sería como pretender no haber vivido…

Cuando nuestro cuerpo se enferma, es prioritario ofrecerle los cuidados necesarios desde lo físico para que pueda recomponerse y seguir adelante.

Eso es lo que hacemos los médicos…

Apoyándonos en los síntomas y el examen físico de nuestros consultantes, encontramos un diagnóstico y coherente con el mismo, ofrecemos las herramientas necesarias para que se restaure el correcto funcionamiento de la zona, órgano o sistema afectado.

Eso es maravilloso y necesario, sin embargo, recuerda que atender el aspecto físico NO ES SUFICIENTE.

Nuestro cuerpo no “falla” por falta de medicinas. ¡No! Cuando los síntomas y las enfermedades llegan a nosotros lo hacen para ayudarnos. Aunque te suene descabellado, ellos son la solución.

El síntoma resuelve una memoria emocional que está atrás y que, por lo general, ha sido repetitiva. Se ha repetido porque no la hemos visto y entonces la herida, el vacío, la necesidad están aún ahí sin ser vistos, llenados ni satisfechos. La enfermedad llega entonces para darnos la oportunidad de sanar y a partir de ahí, seguir adelante avanzando por la vida con menos cargas y más consciencia, con menos sufrimiento y más comprensión, con más amor y menos dolor.

Hermoso… ¿verdad?

Tu que has llegado hasta este punto de mi escrito, léeme bien y con atención: Mereces sentirte de la mejor manera posible y disfrutar todo lo que te sea posible

Elegiste a tus padres, viviste la infancia que te correspondió, has avanzado y lo has hecho ¡espectacular!

La prueba es que sigues aquí, estás viva. Solo tú sabes cuánto ha dolido y el peso que has venido cargando…solo tú sabes lo incómoda que te sientes con ese malestar, las ganas que tienes de sentirte mejor y liberarte de eso que, aun sin saber que es, tanto te agobia.

No estás sola, nunca lo has estado.

Si estás interesada en agendar una cita (virtual o presencial) conmigo, quiero que sepas que aquí estoy, amaría poder servirte.